El sábado por la noche estuvimos cenando en este restaurante del hotel Me Madrid (antiguo Reina Victoria), en la Plaza Santa Ana y tengo que decir que no me gustó para las espectativas que llevaba. La decoración me pareció demasiado oriental y fria. El servicio fue pésimo. Una camarera en todo momento queriendo hacerse la graciosa y viniendo de guindas a brevas a servir el agua, que no sé dónde tenía la botella, pero que a mí concretamente me hizo pasar las de Caín. Para pedir aliño para una ensalada de búfala, tomate y rúcula (venía seca) casi 15 minutos sin ver a la camarera, hasta que un jovencito (de los demasiados que había por allí trajeados que sólo miraban y paseaban por el comedor en plan jefes) me atendío. Me puse las manos negras (no imagináis como) y pringosas con los envases del aceite y del vinagre y dejé la servilleta inservible al limpiarme, cuando pedí disculpas a la camarera muy educadamente (para que me trajera otra) se limitó a decirme que daba igual, porque ella no la lavaba y ahí me quedé con la misma.
Tomamos dos entradas: La ensalada de búfala y una terrina de foie que estaba buena pero un poco escasa; de segundo pedimos: rape con atado de crujiente de verduras y salsa de mostaza y Vieiras sobre carpaccio de pulpo (Lo mejor de todo en cuanto a presentación y sabor). No tomamos postre pero si un café y un té. Para beber una sóla botella de agua y dos cervezas. Esto nos costó 95 euros. Nos pareció un precio excesivo sin postre, sin vino y con tan pésimo servicio.
Por supuesto ya lo tengo tachado de mi lista de restaurantes para recomendar.
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