domingo, 25 de abril de 2010

CARTA A MI QUERIDA CRISTINA

Hoy hace un mes que se nos dejó Cristina y mi corazón, al igual que el de toda la familia, sigue peor que el primer día cuando todo era confusión, desconsuelo y rabia. Esos primeros sentimientos, después de este largo mes, se han instalado con tanta firmeza dentro de nuestro alma que es indescriptible vivir día a día con su ausencia.

Cristina:
Allí donde estés, quiero que sepas que te echamos mucho de menos; tanto que nos hemos llegado a creer, que queremos creer, que todo esto es una pesadilla, un mal sueño, un mal pensamiento... Pero la realidad, ¡Dios! que dura es la realidad... nos supera cada minuto con tus recuerdos. Descansa tranquila y en paz porque aquí todo va bien. Lucia y Javier están muy bien, siguen con su rutina de siempre y creo que su papá y su tía Nuria están consiguiendo que ese día a día sea feliz. Por cierto, Lucia se ha vestido de sevillana para celebrar la feria de abril y estaba guapísima con su traje de faralaes amarillo, Javier ha progresado mucho en el cole, está más tranquilo y no veas las cosas que hace y Alvaro ha aumentado un montón, está precioso y ya ha hecho su presentación oficial como nuevo aficionado del Atlético de Madrid. Tu hermana y Javi no veas que fortaleza están teniendo, son dignos de admiración y si la vida fuera justa que ya hemos comprobado que no lo es, les deberian dar una medalla al mérito del trabajo bien hecho. La que me preocupa un poquito más es tu madre, lo lleva cada día peor, porque no puede asumir tu ausencia; te echa tanto de menos que lo único que le da vida son los niños. Y tía Toñi... ¡Bueno ya la conoces! No puede dejar de llorar y llorar, menos mal que todas las tardes se juntan con las otras tías y se desahogan juntas, creo que es una buenísima terapia. De todos modos, ha sido una putada muy grande que nos dejaras. Todo el mundo echamos de menos tu sonrisa, tu alegría, tu buen humor, tu presencia... Hablo con Pepa y Yolen y ellas me dicen lo mismo. Hablo con Toño y Bego y la conversación eres tú. Por cierto, he conocido a través de este blog a unas primas tuyas por parte de Javi que también te echan de menos y han sentido tu ausencia. Bueno reina, por último, quiero que sepas que has dejado una gran huella en todos nosotros y que no te puedes imaginar las muestras de cariño que estamos recibiendo toda la familia. Siempre estuvimos orgullosos de tí y ahora más, al comprobar lo querida que eres en todos los ámbitos sociales y laborales. Allí donde estés, quiero que seas igual de felíz que fuiste aquí. Un beso muy fuerte de tu prima que te quiere y no te olvida. Isabel

P.D. Cris, últimamente no hago nada de comiditas porque aún no me han puesto los muebles de mi nueva cocina. Tengo ganas de poder estrenarla y dedicarte algún platito de los míos. Ya sabes que tú y yo compartíamos esta misma afición por la cocina y los cacharritos. Recuerdos de todas las amigas del foro que te tienen en su pensamiento constantemente.

sábado, 10 de abril de 2010

CRISTINA GÓMEZ FRUTOS. TU ESTRELLA SEGUIRÁ BRILLANDO

Hace dias que no escribo en este blog. No he podido hacerlo desde la fatídica noche del trágico fallecimiento de mi queridísima prima, Cristina Gómez Frutos, horas después del alumbramiento de su tercer hijo, Alvaro, mediante una cesárea. Una inesperada hemorragia acabó con su vida sin que nadie, en el Hospital Privado de la Santísima Trinidad de Salamanca, pudiera hacer nada por salvarle la vida. Reconozco que escribo estas líneas bajo los efectos del dolor, la pena, la rabia, el desconsuelo y la impotencia de tener que asumir una pérdida demasiado temprana (sólo tenía 36 años), inesperada y sin sentido. En unas horas pasamos de la alegría por la llegada del pequeño Alvaro a la pena, del gozo a la tragedia, de la luz a la oscuridad… y sin poderlo remediar, toda una familia quedamos inmersos en la más terrible soledad, impotencia y rabia, porque siempre hemos pensado que esto pasaba en países tercermundistas, pero no aquí en Europa, en España, en Salamanca… Aquí ya habíamos perdido el miedo a parir y sin embargo… ¿Qué pasó? Es la pregunta que me hago, que nos hacemos desde ese desdichado momento en que sonó mi teléfono móvil en la madrugada del 25 de marzo y me dieron, entre sollozos desgarradores, la terrible noticia. De la conmoción inicial pasé a la incredulidad, a la negación, al aturdimiento, a la ira. Ahora la tristeza me invade, me traspasa el corazón y no acepto su ausencia porque el vacío es demasiado grande. Me siento como si me hubieran arrancado una parte vital de mi ser que no volveré a recuperar jamás. Siempre fuimos una piña y ahora lo vamos a ser más, porque una persona no muere mientras estemos aquí otros para recordarla y, a Cristina, la recordaremos siempre con su sonrisa perenne, llena de vida, dicharachera, capaz de enfrentarse a todo y ponerse el mundo por montera. Quiero que todo el mundo sepa que fue una buena madre, una buena esposa, una buena hija y una buena profesional, pero ante todo fue una persona justa y por eso a ella, desde aquí, quiero hacerle justicia, porque en una ciudad pequeña como Salamanca, la noticia corrió como la pólvora desde el preciso momento en que ocurrió y la inmensa consternación generalizada se apoderó de todos los salmantinos dando pie a ciertos corrillos profesionales que, consciente o inconscientemente, han hecho circular con fuerza diversas interpretaciones de lo sucedido; interpretaciones erróneas que a la familia se nos están clavando en el alma, en ese alma que tenemos roto desde que sucedió esta barbarie. Quiero que todo el mundo sepa, de una vez, que sus tres embarazos han sido muy buenos llegando a término con normalidad, que sus revisiones y sus controles siempre fueron normales, que trabajó en los tres embarazos hasta un par de semanas antes de salir de cuentas, que sus dos primeros partos fueron naturales y que en este último ingresó con contracciones la tarde del 24 de marzo, siendo su ginecóloga la que decidió por las razones que fueran practicarle, en esta ocasión, su primera cesárea. Pasadas unas horas y ya en su habitación tuvo una hemorragia que no pudo ser controlada a pesar de que el personal del hospital, llevándola de nuevo a quirófano, hizo todo lo humanamente posible. La ilusión de Cristina desde que se casó era tener una familia numerosa y lo había conseguido. Estaba feliz cuando cogió a su tercer hijo en brazos y lo puso a su pecho, pero irremediablemente el destino le tenía preparada una gran putada. Nos ha quedado de ella sus tres deseados hijos ¡Que maravillosa herencia! y también su recuerdo, sus vivencias, su alegría y su estrella que nos recuerda cada día que sigue brillando por todos los que tanto la hemos querido y la querremos. Tengo el corazón desgarrado, las lágrimas me invaden pero no quiero terminar sin dejaros su frase favorita. Nos dice como era y como amaba Cristina a su familia por encima de todas las cosas.

“Mira a las estrellas, pero no te olvides de encender la lumbre en el hogar”

Descansa en paz mi querida niña que la lumbre de tu hogar sigue encendida.
Tu prima Isabel de Madrid (como tú decías siempre) te tiene en su corazón.