lunes, 14 de abril de 2008

Tarde de nostálgia

Como se puede leer en mi presentación, una de mis aficiones favoritas es escribir y me gusta tanto, que cualquier momento que tengo libre lo aprovecho para plasmar en un papel todo lo que mi corazón siente en ese momento. Según mi estado de ánimo hago reflexiones, escribo poemas, relatos o cuentos infantiles y me siento tan bien, que creo que es la mejor terapia del mundo para la mente, el espíritu y el corazón.
Aquí dejo uno de mis poemas que está publicado en un libro; lo escribí el año pasado cuando estaba con un grupo de alumnos castigados en la biblioteca del colegio donde trabajaba. Era miércoles por la tarde..., una tarde oscura y gris.
Tarde de Nostalgia

Pasaba la tarde, silenciosa y ausente.
En la opacidad de los libros
veía mi vida, nostálgica y tranquila,
olía a papel decadente.
El ruido de los coches,
autobuses y sirenas,
rompían el silencio forzado
de los escolares presentes.
Todo era alboroto silencioso
en lo más profundo de sus cuerpos adolescentes,
despertando a la vida, a la ilusión, a lo divino...
despertando a su suerte.
Como pajarillos enjaulados
miraban a su alrededor,
descubriendo nuevos atardeceres,
nuevos e ingeniosos quehaceres.
Y no estaban solos,
la palabra, el verso, la historia...
estaban con ellos.
Los libros les rodean,
presentándoles el paso del tiempo
el paso de la vida, la muerte...
Pero ellos absortos,
no miran sus hojas,
no le hablan al tiempo.
Permanecen distantes
en su vida adolescente,
sin saber que la vida
es sólo un instante.

2 comentarios:

Caminar sin gluten dijo...

Estupendo poema, estupenda reflexion de la vida. Por eso, y aunque no nos demos cuenta, la vida es una conjunto de pequeños momentos y pasa rápido, demasiado rápido.

Nosotros tenemos dos hijos, el pequeño hace unos días cumplió los 18... ¡como ha pasado el tiempo!.

Besotes, buen caminar y que continúes escribiendo.

Ana y Víctor.

isabelma cocinilla dijo...

Muchas gracias Ana. No hay cosa más gratificante que escribir cuando los demás te leen con tan buenos ojos.

Un abrazo

Isabel