
En mi último viaje a la ciudad no pude resistir comprar unas cuantas Jetas adobadas (también las hay sin adobar). Se veian tan buenas en paquetes al vacio... y hacia tanto tiempo que no las preparaba..., que mi debilidad triunfo y se vinieron para Madrid. Una vez al año no hacen daño. Las he troceado y las he frito lentamente en una sarten con profundidad y en abundante aceite, hasta quedar bien doraditas y crujientes. Recien hechas estan mucho mas ricas que si se dejan enfriar.
Si se hacen al horno, se meten en el horno precalentado a 200º como una media hora por cada lado y al final con un grill fuerte y con la corteza hacia arriba se ponen unos 10 minutos mas para que la corteza quede muy crujiente.
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